En la actual situación, con tanta exigencia de perdón cruzada, algunos nos preguntamos cuando pedirá perdón el PNV por haber colaborado y promovido activamente la dispersión de los presos políticos vascos. ¿Cuándo demostrará su arrepentimiento por estos indignos hechos? ¿Cuando se plantará ante España Con un “Se acata pero no se cumple”, para remediar su colaboración con una política penitenciaria de consecuencias dolorosísimas y planificada por los que sólo buscan el aniquilamiento moral y físico de las personas presas?. Mientras los jelkides no hagan algo activamente para solucionar el mal causado, muchos sectores ciudadanos seguiremos pensando que su deuda histórica para con los represaliados y sus familias no deja de aumentar.
En este contexto, la exigencia de Urkullu a los presos de arrepentimiento público, lejos de reflejar una petición social, lo que refleja es que le importa un rábano la justicia y lo único que busca es arrancar unos votos a la derecha española en Euskal Herria ante la posible debacle del PP en próximas elecciones.
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